(Boletín) – La pandemia de COVID-19 ha marcado el comienzo de una nueva era de la comunicación digital: ante la ausencia de reuniones cara a cara, muchas personas se han encontrado cara a cara con sus colegas y sus seres queridos en la pantalla. .
La videoconferencia ha aportado muchas ventajas y ventajas. Sin embargo, no es de extrañar que vernos en las pantallas también pueda causar algún daño.
Antes de la epidemia, los estudios mostraban que los médicos observaban un aumento en el número de pacientes que pedían cambiar su apariencia para que coincidiera con las imágenes etiquetadas o escaneadas desde las aplicaciones de redes sociales. Ahora, varios años después de la pandemia, los artistas están viendo una nueva generación de aplicaciones cosméticas relacionadas con las videoconferencias. En un estudio sobre procedimientos cosméticos durante la pandemia, el 86% de los médicos dijeron que las videoconferencias eran el motivo más importante de preocupaciones cosméticas entre sus pacientes.
Aunque muchos aspectos del mundo han vuelto a algunas condiciones previas a la pandemia, está claro que las videoconferencias y las redes sociales estarán con nosotros en el futuro previsible. Entonces, ¿qué significa sentirse bien y hacer las paces con lo que sentimos?
Durante los últimos 10 años he trabajado como especialista en depresión, trastornos alimentarios y trastornos de ansiedad. Desde la pandemia, he visto un aumento de clientes médicos que informan que tienen problemas de imagen relacionados con el video chat y las redes sociales.
Acercarse y alejarse de la forma
Cada uno tiene sus propias ideas y opiniones sobre su apariencia. Puede ser neutral, negativo o positivo. Todos nos miramos en el espejo y podemos sentirnos confundidos cuando miramos nuestro reflejo.
Hay muchas cosas que pueden causar un mal presentimiento. Centrarse en pensamientos, sentimientos o imágenes de uno mismo está asociado con la práctica de «mirarse en el espejo» o mirar el propio reflejo. Los investigadores sugieren que esta forma de autoenfoque y reflejo puede conducir a fijaciones negativas en atributos específicos o pequeños defectos, lo que a su vez conduce a un mayor enfoque en estos atributos.
Otros factores que contribuyen a la insatisfacción con la imagen incluyen la baja autoestima, las creencias sociales sobre la imagen, las influencias de los pares y de los padres y la genética.
La insatisfacción con la propia apariencia y las autoevaluaciones negativas se asocian con depresión, baja autoestima, pensamientos negativos y mayor ansiedad social. Es más, las investigaciones sugieren que estas preocupaciones pueden contribuir al desarrollo de trastornos alimentarios y conductas alimentarias poco saludables, como restringir la ingesta de alimentos o hacer ejercicio sin saciarse. cirugía cosmética.
El efecto ‘Zoom’
Con tantas reuniones de Zoom, llamadas FaceTime, selfies y la grabación constante de nuestras vidas en las redes sociales, ponerse en contacto con nosotros mismos se ha vuelto imposible. Y para algunas personas, esto puede aumentar la sensación de incomodidad que persiste desde antes de la era Zoom.
Desde la pandemia, el tiempo frente a la pantalla ha aumentado tanto para adultos como para niños. Lo que es peor, investigaciones recientes sugieren que las representaciones visuales y visuales que vemos son defectuosas.
Las videoconferencias, tomarse selfies y publicar en las redes sociales son actividades basadas en la percepción visual y la apariencia a primera vista. Todos ellos tienen en común el hecho de que las personas viven o comparten. Quizás no sea sorprendente que estas plataformas basadas en fotografías se hayan relacionado fuertemente con los cambios de humor, la ansiedad, la depresión y los trastornos alimentarios.
Un estudio encontró que aquellos que participaron en comparaciones de estilos de video chat, es decir, aquellos que observaron la apariencia de los demás durante una videollamada y elogiaron su propia apariencia en comparación, se parecían menos. Este estudio también encontró que las personas que usaban más funciones de edición de fotografías en las redes sociales tenían más probabilidades de compararse con los demás y pasaban más tiempo mirándose a sí mismos en los teléfonos.
Una característica única de las videoconferencias es que las personas pueden compararse con otras y verse a sí mismas compartiendo y hablando en tiempo real. Un estudio de 2023 encontró que el mal humor de las personas durante una reunión por video aumentaba su estado de ánimo, lo que a su vez conducía a un rendimiento deficiente.
Los investigadores dicen que la informalidad está relacionada con la debilidad de la reunión virtual. Según las investigaciones, la autoestima negativa, el estrés psicológico y la ansiedad son causados por ser observado o evaluado negativamente en apariencia.
Este último punto es evidente porque los usuarios de videochats tienen dificultades para determinar dónde miran otros usuarios. Utilizando el concepto de «ventaja ligera» -nuestra tendencia humana a sobreestimar cuánto juzgan los demás nuestra apariencia-, esta dificultad aumenta la ansiedad y la creencia de que las personas están siendo evaluadas y otros como ellos durante una videollamada.
Cómo evitar la ambigüedad en el mundo digital
Si te encuentras criticando tu estado de ánimo cada vez que participas en una videoconferencia, es hora de evaluar tu relación con tu estado de ánimo y buscar ayuda de un terapeuta.
Aquí hay algunas preguntas que debe considerar para determinar si sus patrones de pensamiento o comportamiento son problemáticos:
− ¿Cuánto de mi día paso pensando en mi apariencia?
− ¿Cómo afectan mis comportamientos a mi estado de ánimo?
− ¿Me arrepentiré si no hago estos comportamientos?
− ¿Este comportamiento se alinea con mis valores y con cómo quiero emplear mi tiempo?
Otra estrategia es centrarse en lo que dicen los demás en una videoconferencia, en lugar de mirarse a la cara.
Cuando se trata de ayudar a otras personas que luchan contra la depresión, es importante centrarse en la personalidad de la persona más que en la apariencia. Asegúrese de que las personas recuerden lo que digan, sin importar cuán bien intencionadas sean. Los comentarios negativos sobre la apariencia se han relacionado con una baja autoestima y salud mental. Cuando te mires a ti mismo o a tus amigos en un video o en las redes sociales, trata de concentrarte en la persona en su totalidad, no en la parte del cuerpo.
Reducir el tiempo frente a la pantalla también puede marcar la diferencia. Los estudios demuestran que reducir el uso de las redes sociales en un 50% puede mejorar el estado de ánimo de adolescentes y adultos por igual.
Cuando se usan con moderación, las videoconferencias y las redes sociales son herramientas que nos conectan con los demás y, en última instancia, son una parte importante de nuestro bienestar y bienestar.